40 Días para sanar el alma 2025

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Día 17, Para renacer con la Primavera

Hoy celebramos el Equinoccio de primavera en el hemisferio norte. Es el momento cuando hay un balance perfecto entre las horas del día y la noche. La celebración de la primavera es muy cercana a la resurrección de Jesús, que es renovación, vida y cambio de dirección.

En mi libro Los ciclos del alma, explico sobre cómo la vida se mueve en ciclos, no sólo la vida, sino también la naturaleza. Hemos celebrado estos ritmos y ciclos por milenios, y no es casualidad que las principales religiones celebren en estas fechas. Te comparto unas ideas.

Cuando hay tormenta, podemos protegernos, pero sin desesperación porque todo en la vida tiene su curso, y nada podemos hacer para acelerar algunos eventos en la vida. Cuando no respetamos los ciclos, podemos empeorar una situación, porque realmente a causa del afán, es que, como humanidad, cometemos los errores. El afán es siempre miedo, falta de fe, creer que no habrá suficiente. Creo en la preparación antes de la tormenta, pero si ya hay tormenta, entonces, es mejor esperar para no tener que remediar. No se puede sembrar en invierno, y no se puede esquiar en verano. 

 «¿Y quién de ustedes podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?»  Lucas 12,27

Los nuevos comienzos ocurren luego del final de un ciclo, porque nunca hay finales sino pausas para comenzar un nuevo viaje. Se trata simplemente de observar todas aquellas situaciones que de pronto salen a la superficie para que puedas verlas y atenderlas. No puedo dar un consejo específico, porque todos estamos en un ciclo diferente, algunos tienen niños pequeños, otros están solteros, divorciados, algunos hijos se han ido, otros viven solos, otros, los hijos han regresado por esta época y ahora están con toda la familia, en fin, que todos vivimos en un mundo diferente. Algunos tienen ahorros, otros no. A nadie podemos culpar por nuestros ciclos de la vida. Aprovecha este tiempo y observa qué surge para resolver en nuestra mente, sean amores del pasado, cuentas pendientes, organizar nuestras cosas, simplificar, cambio de trabajo, una conversación necesaria o nuevos acuerdos; todos vienen con la gran encomienda de permitirte una vez más la oportunidad de elegir un nuevo camino.

Dios al final hace que todo trabaje a nuestro favor, eventualmente. Dice una cita de una película favorita:

“Todo va a estar bien al final, y si todavía no está todo bien, eso quiere decir que todavía no es el final”. 

– The Best Exotic Marigold Hotel

En el invierno todo lo congelado eventualmente regresa a la vida, pero renovado. En el principio de la primavera, y antes de llegar los nuevos capullos, las antiguas flores dejaron atrás sus viejos pétalos. No puede haber retoño sobre viejos pétalos que todavía no se han dejado caer. El árbol deja ir sus hojas, no por castigo sino porque en otoño, como sabe que vienen tiempos difíciles, deja caer sus hojas para conservar energía y sobrevivir un tiempo determinado, que no puede controlar. El árbol sólo puede responder, sabiendo bien, que en el futuro vendrán hojas nuevas, eso es fe y también es ciencia, certeza. Lo mismo que nuestros árboles se deshojan, preparándose para recibir sus bellas flores cuando se acerca la primavera, debemos estar listos para florecer en un futuro y recibir los frutos de nuestra nueva vida, dejando ir y deshaciéndonos masivamente de todo lo que ya no necesitamos, pero sin sufrir. Cuando hablo de dejar ir, me refiero a nuestros apegos, que son las cadenas que cuando se mueven causan ansiedad.

Cuaresma es limpieza y renacer. Está en tus manos el renacer con la primavera o morir congelado en el pasado del invierno.

No hay invierno que pueda resistirse a la primera brisa de primavera. 

Observa, ora, pide guía, suelta y elige una vez más.

Pasos para un nuevo comienzo, algunas ideas que siempre comparto y que nunca pasan de moda:

1- Para organizar

Comienza por el temido armario o por tu ático, cualquiera que sea ese lugar oscuro lleno de recuerdos, al que te cuesta trabajo llegar. También puede ser tu propia mente o hasta tus archivos financieros.

En el caso físico deja ir todo lo que no has usado en un año. Cuando nadie nos ve, nos damos cuenta de cuánta energía, dinero, tiempo y recursos gastamos en cosas que no necesitamos y que sólo tenemos para que otros nos vean, sea en persona o por internet, y en algunos casos sólo para impresionar.  Por otro lado, muchos hemos descuidado las cosas que verdaderamente nos nutren. 

Tal como los árboles en invierno, comencemos por aceptar lo que se va, o por dejar ir.

Trata de no culpar a otros, sea cual sea el estado en que te encuentras, ni el gobierno, ni tu ex esposo, ni tu jefe, ni a quién aparentemente le va mejor tienen la culpa de nuestras elecciones y emociones. En esta parte es importante añadir que si te sientes demasiado abrumado, no dejes de buscar ayuda profesional. Incluso en mi caso tengo una profesional que aunque no veo regularmente, en momentos en que la necesito, es de gran ayuda. No es un lujo ni debilidad, es una necesidad. La oración es importante, pero necesita estar acompañada de acción, y de permitir que Dios nos ayude por medio de los demás. Igualmente, muchas personas han perdido amigos o familiares y necesitan ayuda para navegar en este momento, especialmente si están solos. Amigos psicólogos me dicen que están llenos de trabajo en este tiempo, y por medio de la ayuda virtual es hasta más fácil, así que, si sientes que necesitas ayuda, no estás solo.

Limpia y simplifica

1-Mientras haces la limpieza, piensa en todo lo que ya no es útil en tu vida: acciones, cosas, personas, formas antiguas de pensar y malos hábitos. Mientras vas limpiando, ve haciéndolo también figurativamente en tu interior. No tienes que hacerlo todo ahora, puedes hacer una lista de cosas por hacer que al menos saca de tu mente el recuerdo constante de una tarea no terminada. Tu hogar exterior es un reflejo de tu hogar interior, al limpiarlo y organizarlo, te ayudas interiormente a hacer lo mismo.

2- Pide dirección y ora a Dios:

“Hoy observo las situaciones que siguen sucediendo en mi vida, las cuales sé que contigo puedo mejorar. Te entrego y dejo ir todas estas cosas que representan mi pasado. Te agradezco las experiencias y el tiempo disfrutado. Permito que hoy entres en mi vida y me muestres un nuevo camino”.

Recuerda que para ver lo nuevo se necesita dejar ir lo viejo. Igual, pide ojos para ver, no puedes cambiar lo que no ves o no puedes aceptar, a veces los deseos y apegos nos ciegan de ver lo que no conviene y otras veces impiden ver y agradecer las bendiciones que ya tenemos.

¿Cómo está tu casa? Tanto la física como la espiritual. 

3- Poco a poco, coloca en orden gavetas, archivos, patio y cocina. Una cosa a la vez.

4- Comienza un diario para acompañar tu lectura espiritual, por ejemplo, de la Biblia o de libros de inspiración.

En tu diario, haz una lista de situaciones y personas por perdonar y dejar ir, pero también otra por agradecer, por mejorar, cosas por hacer, por ver.

5- Además de cosas, limpia espacio, por ejemplo, retoma tu tiempo. Un buen consejo es que regules tu tiempo en el internet, en llamadas y en conversaciones de queja. No entres al internet a primera hora y tampoco entres antes de dormir. Puedes colocar una alarma para cerrar ese tiempo en internet y dedicar el tiempo a leer, a pintar, coser, o hacer algo creativo.

6- Hemos estado demasiado tiempo dentro de nuestras casas y algunos perdimos la habilidad de socializar, haz un esfuerzo por organizar salidas, no esperes al último momento. 

7- Haz una lista de sueños que no has cumplido. Coloca en orden de prioridad. Elige dejar ir por ahora aquellos que ya no te llaman la atención, los sueños necesitan pasión y cambiar de sueños no es fracasar. Otros sueños toman años en lo que nos preparamos para que llegue el tiempo justo. Con Dios eres el diseñador de tu vida. Las cosas grandes comienzan por pequeñísimos pasos. 

Mensaje más importante, mientras revisas tu vida, recuerda no ser tan duro contigo mismo.

“No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús”. Filipenses

No hay invierno que pueda resistirse a una nueva primavera…a menos que vivas en un glacial. 

Cuando vivía en Nueva York, viví un largo invierno, con unas 5 tormentas de nieve, el tema de conversación de todos los neoyorquinos era el mismo: ¿Cuándo va a llegar la primavera? Aunque formalmente se declaró la primavera, ni rastro de ella, todo seguía estéril, sin hojas, lluvioso, frío. Pero hace unos pocos días manejaba mi auto por donde siempre estaba el paisaje de árboles secos sin hojas, cuando de pronto… ¡Sorpresa! Flores, por doquier, bellos árboles florecidos, grama verde, pajaritos cantando, árboles forrados de hojas. ¿Cuándo salieron todas estas flores? Les juro que justo ayer no estaban, me decía.

Parece ser que salieran de la noche a la mañana, pero no, las semillas de las flores llevaban todo el invierno trabajando, incubando nueva belleza.

Unos días antes de la llegada:  Lluvia torrencial, y es que a veces la peor lluvia es la que precisamente anuncia la venida de las flores.

La vida es igual, queremos algo, no pasa nada. Le pedimos a Dios y sólo llega una “lluvia torrencial” y más problemas; luego, sólo silencio, hasta que un día Dios finalmente nos sorprende con el esperado jardín lleno de flores; no estaban dormidas, Dios no estaba en silencio, los sueños se estaban incubando.
Las cosas llegan cuando llegan, cuando dejas de esperarlas, cuando te dedicas a vivir en vez de resistir y ansiar, entonces la vida un día te sorprende. La primavera siempre regresa. La vida no es esperar, es vivir, es el entretanto, es todo. No hay inviernos, hay primaveras en gestación.

Dios siempre te responde, porque siempre está trabajando para ti…

Gracias por acompañarme en estos 40 días y por sus comentarios. Algunas lecciones están en mi libro: Los ciclos del alma Las 12 promesas del alma. Gracias por compartir estas lecciones en los medios sociales, pueden ayudar a otros a tener un poco de esperanza en este tiempo. Mañana tendremos otra lección, todas van logrando quitar poco a poco las malas hierbas que cubren la luz. Porque nadie puede cambiar lo que no puede ver, pero al principio de la oscuridad, un rayo de luz puede arder un poco en los ojos, dar gracias por lo que vemos, perdonemos, y sigamos con amor. 

Para regresar a las lecciones.

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