Un milagro es un momento donde la fe, alienada a la voluntad de Dios, trasciende el tiempo y el espacio. Los milagros son posibles en la medida que podamos darnos cuenta de que Dios es la fuerza que da vida a toda la vida. El secreto es ver a Dios en todas las cosas, animadas e inanimadas. Sin la fuerza Divina del espíritu, todo es inanimado (el cuerpo, las hojas, el viento, nuestros sueños).
Un milagro es una realidad, todavía no comprendida. Una semilla de un gran árbol de secoya no pregunta cómo es posible que pueda llegar a ser un árbol tan grande. La oruga tampoco duda cómo nacerán sus alas, o cómo volará y sin embargo ambos acontecimientos son milagros. Necesitamos confiar en el diseño maravilloso de este universo.
Afirma las cualidades de Dios: Eres omnipotente, omnisciente, omnipresente, misericordioso, todo bueno, amor, paz, perdón. La alabanza es para recordar sus atributos y despertar nuestra fe.
Para Dios no hay imposibles decía el ángel Gabriel.
Y, si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido.
1 Juan 5,15
Quédate quieto en la certeza de saber que yo soy Dios.
Salmo 46,10
Una vez removemos nuestra atención del problema y lo colocamos en las manos de Dios, sigamos dando gracias.
Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, miró al cielo y dio gracias a Dios.
Mateo 14,19
Dios luchará por ustedes mientras están callados.
Éxodo 14,14
Jesús también dijo que todo lo que pidan en su nombre se dará.
Hoy duermo en la paz de saber que, al colocar mis asuntos en su altar, Él lo hará todo nuevo.
El secreto de un milagro es agradecer.
Tomemos un momento para reflexionar el significado real de la palabra “gracias”. Gratia en latín quiere decir honra y alabanza, pero su raíz en el origen indoeuropeo significa “reconocimiento de un favor en voz alta”. Entonces dar las Gracias es el acto de “reconocer el favor de Dios, en voz alta”. Miremos que ‘favor’ no es algo que se da con intención de recibir algo a cambio, sino un regalo. La Gracia de Dios es gratuidad, es por eso que repetimos gratis et amore Dei, o por la gracia y el amor de Dios.
Usualmente damos gracias a Dios “después de recibir nuestras peticiones”, pero se me hace muy curioso que en el caso de Jesús , Él repetidamente daba las gracias a Dios “antes de recibir los favores de Su Padre” . Si miramos de cerca podemos ver que Jesús primero bendecía y agradecía la situación tal como la tenía al frente con la certeza de que Dios ya le había escuchado. Cuando Jesús miraba al cielo y daba las gracias, acto seguido algo sobrenatural e inexplicable sucedía, como cuando Jesús miró al cielo y dio las gracias a Dios antes de resucitar a Lázaro o en la multiplicación de los panes y los peces, cuando igual Jesús da las gracias antes de ocurrir el milagro.
Luego Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, miró al cielo y dio gracias a Dios.
Marcos 6,41
Jesús miró al cielo y dijo: ―Padre, te doy gracias porque me has escuchado.
Juan 11,41 (En el milagro de Lázaro)
Entonces he aquí el gran secreto: GRACIA no es una palabra, es un estado de consciencia donde ocurren milagros. Se dice, que alguien está en ‘estado de gracia’. Dar las gracias a Dios, es un verbo, es la acción de ese estado de conciencia, es agradecer lo que no puedes ver, pero que Dios ya te ha concedido. GRACIAS es la palabra mágica que precede un milagro.
Hoy permite un milagro de agradecimiento en tu vida al seguir estos pasos:
1- Reconoce que existe un Dios que te escucha siempre, incluso antes de tu saber y verbalizar lo que necesitas.
2- Mira al cielo y da las gracias a ese Dios por la situación que te aflige.
3- Da las gracias a Dios por haberte escuchado.
4- Entrega el resultado a Dios al decirle : Haz tu voluntad
5- Camina en paz, porque Dios ya te ha escuchado.
Gracias por acompañarme en estos 40 días y por sus comentarios. Algunas lecciones están en mi libro: Los ciclos del alma Gracias por compartir estas lecciones en los medios sociales, pueden ayudar a otros a tener un poco de esperanza en este tiempo. Mañana tendremos otra lección, todas van logrando quitar poco a poco las malas hierbas que cubren la luz. Porque nadie puede cambiar lo que no puede ver, pero al principio de la oscuridad, un rayo de luz puede arder un poco los ojos, dar gracias por lo que vemos, perdonemos, y sigamos con amor.
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