El significado secreto de la Cruz. Viernes Santo. Lecciones del perdón extremo.
La cruz no es una lección de culpa, es una lección de amor. Su madero representa la escalera por la que regresamos al cielo. San Agustín le llamaba la nave que cruzó el mar (del cielo) y con la que regresaremos a nuestra tierra prometida. Esa nave, es otra metáfora, es como el arca de Noé.
Toma tu cruz y sígueme, dijo Jesús, pero no es tomar Su cruz, él la lleva por nosotros, sino que más bien es la aceptación de asumir lo que a cada cual le toca en esta tierra; tampoco es resignación ni darse por vencido. Cada cual tiene su cruz, eso que nos recuerda que somos vulnerables y que no podemos cambiar por nosotros mismos; eso que nos lleva a ser humildes, y a pedir a Dios por Su ayuda, para nosotros llevar esa cruz con Su fuerza; porque él nos ayuda a sobrellevar cualquier reto. Pero al final nadie puede redimir nuestros faltas a menos que participemos.
Murió uno para que se salvaran todos, no por medio de una transacción o martirio, que fue el resultado de la conciencia de ese tiempo. Hoy aprendemos, no por una transacción sino por el ejemplo de vida que Jesús nos dejó. Dios no quiere llantos ni sacrificios, sino amor y perdón a los demás. Dios no necesita de nuestros sacrificios para amarnos (en el contexto de un intercambio) porque Dios es gratuidad. Regresamos a Dios por medio de su ejemplo; el amor y el perdón son su ley. Él carga esa cruz por nosotros todos los días, si le permitimos.
Salvar: Su etimología es regresar a la totalidad: volver a ser, entero, íntegro, sin que esté dividido.
La crucifixión es un misterio que solo puede comprenderse de rodillas, en oración…dice Papa Francisco:«A veces nos parece que Dios no responde al mal y se queda en silencio. En realidad, Dios ha hablado y respondido; y su respuesta es la Cruz . Una palabra que es amor, misericordia, perdón. Y que es también Juicio. Dios nos juzga amándonos: si recibo su amor me salvo, si lo rechazo me condeno. No por Él sino por mí mismo, porque Dios no condena sino que ama y salva». (Marzo 30, 2013)
Por supuesto de nada vale llorar en Viernes Santo, si no tenemos compasión en nuestro corazón.
Jesús a través de su vida nos mostró el amor y el perdón a la máxima expresión. Morir en la cruz con los brazos abiertos: Jesús abrazó a toda la humanidad en un gran abrazo de perdón y redención. No fue una transacción mortífera, pues Dios no necesita de la sangre de su hijo ni de nuestro sufrimiento para perdonarnos. Su amor es incondicional, es gratuidad. Nació para hacernos más parecidos a Él, por medio de acciones basadas en el amor, el perdón y la compasión. Como dijo, vino para la plenitud de la ley. En varios versículos se repite que Dios no quiere sacrificios, rituales, ni holocaustos de animales, sino creer, amar y perdonar. Lo dice en Oseas, en Samuel y en Isaías, pero la humanidad en nuestro pasado no entendía otra manera que no fuera entregarle lo más preciado, la sangre.
Un sacerdote bizantino, me explicó que Jesús murió “a causa” de los pecados, no “por los pecados”. La palabra pecado, que significa fallar en el intento en el deporte de arco y flecha, es de la palabra Hamartia; una desviación que cada cual necesita redimir imitando a Jesús por su voluntad. Vemos este día no con culpa ni sufrimiento, sino con agradecimiento por todas las lecciones que nos dejó Jesús. No somos culpables de lo que hicieron otros, nos caemos solos, pero nos levantamos juntos, me explicó ese sacerdote bizantino. Cada cual lleva a sus hombros sus propios errores; juntos y con Dios, todo es más liviano. Dios perdona al momento de caer en la cuenta de ese error, como lo mostró con el criminal en la cruz.
Nos encanta sufrir en la culpa, como si esto tuviera un efecto para redimirlo, pero se nos olvida que Jesús ya perdonó a todo el que le hizo mal, incluyendo a Judas. Imitémosle.
Dijo San Ireneo : El Verbo se hizo hombre, y el Hijo de Dios, Hijo del hombre: para que el hombre, al entrar en comunión con el Verbo y al recibir así la filiación divina, se convirtiera en hijo de Dios.”
Dios nos hizo a imagen y semejanza de Él, aunque no podemos perder la imagen, podemos perder la semejanza y cuando perdemos su rostro perdemos las esperanzas. Para ser más parecidos a Dios necesitamos imitarle a través de la imagen humana. Para que nos muestre como lo divino y lo humano, pueden elevarse en Su gracia, porque como decía el mismo Jesús,
Les aseguro que yo, el Hijo de Dios, no puedo hacer nada por mi propia cuenta.Juan 5,19
Todos somos hijos de Dios, que hemos olvidado quiénes somos. Jesús nos muestra cómo ser Hijo (parecido al Padre).
Seamos como Jesús, el perdón de Jesús era extremo.
“Perdónalos porque no saben lo que hacen…”
Igualmente cuando uno de los malhechores, reconoció sus faltas a Jesús :
Malhechor: “Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste (Jesús) ningún mal hizo”.
“Y dijo a Jesús:
Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.” Jesús le dijo: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”.
Reconocer que Dios es bueno, y pedirle directamente, le llevó al Paraíso. Porque todo lo que pidan en su nombre se nos da.
‘Acuérdate de mi’, son palabras que podemos repetir en cualquier momento.
Jesús, envuélveme con tu manto, para calmar mis ansiedades y descansar en tu protección, tu amor incondicional, tu misericordia y tu perdón.
El secreto de la Cruz
Tengo una cruz bizantina que tiene unos pétalos a los extremos. Al visitar la India, siguiendo los pasos del apóstol Tomás (esa es otra historia, de mi libro Desde Om hasta Amén), me sorprendí mucho al ver que unas cruces bordadas, que Tomás llevó a la India, eran igual a mi cruz bizantina. Les comparto que Santo Tomás el apóstol murió mártir en la India (reconocido por el Vaticano).
Aprendí de ese mismo sacerdote bizantino que no se venera la cruz como un arma, como si fuera una silla eléctrica o un cuchillo, sino que recordamos lo que representa, lo que significa, que en realidad la lección no es muerte sino vida.
Morir en una cruz es la única forma de morir con los brazos abiertos.
La señal de la Cruz
…es antiquísima, Tertuliano del año 160 hablaba de la señal que se hacía originalmente en la frente. El rito romano Católico hace la señal de la cruz comenzando desde el lado izquierdo, nosotros los del rito Bizantino y Ortodoxo la hacemos desde el lado derecho, pero para todos es símbolo de paz en las alturas, de fuerza en la tierra y de agradecimiento y alabanza en el día a día. Hacemos la señal antes de una encomienda o antes de comer, antes de despegar en un avión, al aterrizar, al visitar un enfermo. No hay demonio ni mal, que pueda resistirla.
Por supuesto de nada vale tener el signo, si no tenemos a Jesús en nuestro corazón, pero es un bello regalo para al mismo tiempo recordarnos el regalo que nos dio Su Padre.
En el rito bizantino, se hace la señal de la Cruz uniendo los tres dedos representando la Santísima Trinidad, con pulgar, índice y corazón, luego los otros dos dedos que se quedan sueltos marcan las dos naturalezas de Jesús, la humana y la divina. Los del rito de oriente comienza a hacer la cruz desde la derecha siguiendo la premisa de que Jesús está sentado a la derecha del Padre. Los Católicos Romanos comienzan desde la izquierda y besan la cruz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
“Con este Signo vencerás” dicen que fue la visión que Constantino vio en el cielo antes de ganar un imperio. Pero tomar la cruz para crucificar a otros con ella, no es su propósito. Hay que aceptar que también en el nombre de la cruz se ha destruido, y se destruye, por eso necesitamos discernir y recordar que el significado de la cruz es amor. La cruz libera, no encarcela.
Recordemos el sacrifico de la Cruz, pero inmediatamente pasemos hacia la alegría de la Resurrección.
“Exalten al SEÑOR nuestro Dios, Y póstrense ante el estrado de Sus pies; El es santo”. Salmo 99.5
Por petición, he añadido algunas lecciones adiciónales a los 40 días de Semana Santa, hasta el Domingo de Resurrección.
Gracias por acompañarme en estos 40 días, ha sido un tiempo muy especial. Les recomiendo si pueden, que relean las lecciones. Algunas lecciones están en mi libro: Los ciclos del alma o Las 12 promesas del alma. Gracias por compartir estas lecciones en los medios sociales, pueden ayudar a otros a tener un poco de esperanza en este tiempo.
Para regresar a las lecciones.Sígueme en el grupo/canal de Instagram , para enterarte de noticias, y de las próximas lecciones. Ve a mis historias destacadas para ver oraciones, salmos, música y noticias. No olvides registrarte para recibir noticias. Dios los cuide. Para copias firmadas en EEUU. ir a Barnes & Noble o a otras tiendas según tu país, es un buen regalo para el Día de las Madres. Gracias por compartir estas lecciones en los medios sociales, pueden ayudar a otros a tener un poco de esperanza en este tiempo. ®Derechos Reservados 2023,2024,2025Gracias por seguir la Cuaresma y por compartir, algunas lecciones son de mi libro Los ciclos del alma comparte y sígueme en las redes https://linktr.ee/sharonmkoenig