
¿Cuál es la diferencia entre dicha y felicidad? La felicidad es un estado transitorio e imposible de mantener, pues depende de lo obtenido en el exterior; y lo de afuera es transitorio, pero la dicha es diferente; es la paz que se siente sin depender de las circunstancias afuera, y con Dios es permanente. La tristeza en caso de pérdida es natural, pero en la mayoría de las veces el sufrimiento que es resistir, es opcional. No siempre sufrimos por lo que sucede, sino por nuestras interpretaciones hirientes de lo que sucede.
Aquí te comparto algunas prácticas que traen dicha:
1-Conócete a ti mismo
Sufrir es resistir lo que es. Las lecciones fuertes que se nos presentan en la vida no son necesariamente mala suerte, son parte de la realidad de vivir en la tierra. Las pérdidas en este plano son inevitables y es natural que en su momento experimentemos tristeza, pero el sufrimiento eterno por una situación (que es resistirse a lo que es) se puede prevenir, al estar preparados y saber entregar.
La aceptación (no la resignación) es la llave de la paz. Es el arte de estar aquí y ahora.
Querer regresar al pasado, resistir el presente y añorar un futuro imaginario, es la clave del sufrimiento. Dejar ir.
2- Perdona
Perdonar no es justificar la acción, ni retomar una relación bajo las mismas condiciones antes de la falta, es tener la intención de dejar ir el dolor del recuerdo.
“No siempre podemos cambiar las cosas, pero siempre podemos cambiar nosotros, cuando logramos que “esas cosas” ya no tengan poder sobre nosotros.”
¿Cómo? Retoma tu espiritualidad
Invoca a Dios y entrega tus pesares a Él. Habla a un Dios personal que te escucha, que también está dentro y junto a ti. Acepta que sólo no puedes con las cargas, a veces ni siquiera podemos perdonar sin ayuda divina. Decir: “Dios, estoy dispuesto” es un buen comienzo. Cambia la autoayuda por aceptar que, en esta tierra, todos necesitamos la guía de algo mayor para encontrar nuestro camino verdadero. La semilla de un árbol ya tiene un diseño interior; cuando tiene las condiciones favorables no lucha, permite.
Vivir en la voluntad de Dios no es luchar, sino permitir que se revele su diseño celestial. Es dichoso el que perdona, y también es dichoso el perdonado, como dice la oración del Padre Nuestro.
Dichoso también es aquel cuyo corazón no alberga engaño y que Dios no toma en cuenta sus pecados. Romanos 4,8
3- Suelta, o mejor dicho “Entrega”
Otra palabra para dicha en la Biblia es bienaventurado: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Mateo 5,3 Pareciera una contradicción, pero muchas veces en momentos de desesperación es cuando finalmente entregamos a Dios. A veces mientras más débiles estamos, más fuerte se expresa Dios en nosotros, porque al no recurrir a nuestra fuerza, buscamos la de él, y todo cambia. Muchas veces vemos algunos pobres con más fe que un poderoso. Y si vamos a Dios con fe, ya somos bienaventurados, aunque no tengamos lo que buscamos. Si tienes a Dios, lo tienes todo.
Soltar y entregar no es lo mismo, te sugiero entregar. Lo que sueltas puede ser retomado, pero entregar es una decisión de cada minuto. Como tenemos libre albedrío y nuestros deseos pueden posponer el bien del alma, entregas dando un permiso a Dios, diciendo: Te permito, te entrego.
Dejar ir los imposibles, cambiar deseos por sueños verdaderos, y las metas fijas por preferencias, es el secreto de la vida.
El sueño viene de un corazón lleno para darlo, el deseo viene de un corazón vacío para llenarlo. El que espera en Dios no desespera.
Leer Salmo 118, Dios está conmigo: no tengo miedo. Nadie puede hacerme daño, Dios está conmigo y me brinda su ayuda.
La dicha es la ausencia de miedo.
Los ciclos del alma
No sueltes el sueño, pero entrega los resultados. La diferencia entre soltar y entregar es que cuando entregas confías y dejas de intervenir en el orden de las cosas. Luego déjate llevar por el compás: con-paz, que es elegir desde la paz y no desde la necesidad.
Bienaventurado es aquel que tiene su apoyo y esperanza en Dios. Salmo 146
Bienaventurado es el que espera en Dios. Isaias 30,18
“La felicidad es un estado transitorio que depende de que todo salga como quieres, la frustración es común y también transitoria cuando las cosas NO salen como quieres, mientras que la dicha puede ser permanente porque viene de la paz, de aceptar lo que es y de aceptar Su Voluntad.”
Los ciclos del alma, Sharon M Koenig
Enfócate en el ahora, en encontrar tu propósito y en encontrar la dicha por medio de tu ayuda a otros, de la familia, de dar tu don.
Un corazón ocupado en su verdadero propósito y en su razón de vivir, no tiene tiempo para sufrir.
No existe dicha mayor que la de dar tus dones a los demás.
Pablo sobre las palabras de Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir” Hechos 20:35
Encomienda al SEÑOR tu camino; confía en él, y él actuará. Salmo 37,5
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