Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él?
1 Juan 3,
¿Cómo nos afecta la falta de compasión? En lo personal, a una persona sin compasión que le falta la paz, en cierta manera, aunque parezca exitosa, la falta de amor corroe las diferentes áreas de su vida. Se dice que hoy en día “la empatía ha pasado de moda”. Existe una percepción errónea de que la práctica de la empatía es de débiles, esto ha desembocado en la polarización política, el aislamiento, y en un falso sentido de superioridad por aquellos que tienen algunas ventajas. La falta de conexión en las personas, debido en parte al mundo digital y más importante aún, por la desconexión con Dios, nos ha llevado a olvidar la compasión; ya que el aislamiento facilita y normaliza, acciones impensables. Como cuando nos reímos de una película de horror, solo que estamos desensibilizados en la vida real. Me recuerda los llamados a crucificar a Jesús. ¿Cómo ocurrieron las peores matanzas de la historia?
Si hay una forma de medir cuánto una persona está unida a Dios, es por su compasión, empatía y amor por los demás. “Por su frutos los conocerás”, y no por los frutos económicos, los cuales lamentablemente han engañado a muchos, porque se correlaciona el éxito económico con la sabiduría, pero, hay varias inteligencias, sólo que la inteligencia y la sabiduría son dos cosas distintas. La inteligencia material, y la sabiduría espiritual, no son iguales.
Por sus frutos los conocerás. ¿Acaso se recogen uvas de las espinas o higos de los abrojos? El árbol bueno da buenos frutos, pero los malos, dan frutos malos.
Mateo 7,16
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; no hay ley que condene estas cosas. Gálatas
Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo. Efesios 4,32
El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota.
Cada mañana se renuevan sus bondades;
¡muy grande es su fidelidad! Lamentaciones 3,22
Es por eso que en el camino hacia Dios, primero necesitamos la práctica de la alabanza, que es recordar y alinearse con las cualidades de Dios, que no son de este mundo, pero que estamos llamados a imitarlas y a expresarlas, no sea que terminemos siguiendo un dios equivocado por no conocer sus cualidades.
Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren.
2 Corintios.
La presión por el éxito y el logro a veces puede eclipsar la importancia de la compasión y la comprensión hacia los demás.
Se ha discriminado y deshumanizado a tantas personas por las leyes, y aunque las leyes deben seguirse, otras necesitan cuestionarse. Jesús las cuestionó.
Así dice el Señor Todopoderoso: “Juzguen con verdadera justicia;
muestren amor y compasión los unos por los otros.
No opriman a las viudas ni a los huérfanos,
ni a los extranjeros ni a los pobres.
No maquinen el mal en su corazón
los unos contra los otros”.
Zacarías 7,9
Jesús batalló más con los teólogos y sabios de la ley, que con los considerados pecadores. Jesús sustituyó la ley de Moisés por la ley del amor, amar a Dios y luego a tu prójimo es la ley, Jesús dijo que no venía a eliminar la ley sino a hacer que se cumpliera, pero la ley de la que que hablaba Jesús era diferente. ¿Recuerdan esta historia? :
Los escribas y teólogos querían hacer caer a Jesús en la trampa de la Ley, querían saber si realmente la cumpliría, para luego acusarle e invalidar su sabiduría. Fue entonces cuando trajeron a una mujer que fue sorprendida en adulterio y preguntaron:
—Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de cometer adulterio. En la Ley, Moisés nos ordenó matar a pedradas a esta clase de mujeres. ¿Tú qué dices?
—Aquel de ustedes que no tenga pecado, que tire la primera piedra.
Y siguió escribiendo en la tierra. Al oír esto, uno tras otro comenzaron a irse. Cuando Jesús se encontró solo con la mujer, que se había quedado allí, le preguntó:
—Mujer, ¿a dónde se han ido? ¿Ninguno te ha condenado?
Ella le contestó:
—Ninguno, Señor.
Jesús le dijo:
—Tampoco yo te condeno; ahora, vete y no vuelvas a pecar.
La práctica de apedrear sigue en pie en muchos lugares del mundo, y la pena capital todavía sigue. Las piedras que lanzan al que es diferente son a veces más comunes, especialmente las que salen de los teólogos. Teólogo, término que usó Sócrates, es tratar de explicar a Dios (Teo) o a la divinidad por medio de la razón y la mente (logos), algo imposible verdaderamente. Realmente no todo lo que aparece como ley significa que es de Dios, especialmente si no invoca al amor y la misericordia, como en el caso de las penas capitales.
San Juan 8,1
¿Cómo logramos una vida nueva? Palabras de Pablo:
No es que sea perfecto, si no seguir persiguiendo la meta, a ver si lo alcanzo, tal como él me ha alcanzado. Yo no me considero haber recibido el premio todavía. Sólo busco una cosa: olvidarme de lo que queda atrás y lanzarme hacia lo que está por delante y correr hacia Su meta, hacía el premio, al cual Dios me llama desde arriba en Cristo Jesús. Bellas oraciones de San Pablo a los Filipenses 3,8, palabras que podemos repetir cuando se ha elegido dejar el pasado, lo que se hace en un momento, solo que olvidar el pasado, perdonarnos, buscar perdón y lanzarnos hacia la vida nueva, no es una elección de un momento, sino que es una elección diaria.
Dios perdona absolutamente todo. Si vas con corazón humilde, Dios te lo hará Nuevo.
Dios te dice hoy, amado :
«Ya no recuerdes el ayer,
y no pienses más en las cosas del pasado.
Yo voy a hacer algo nuevo,
y verás que ahora mismo va a surgir como un nuevo retoño.
Voy a abrir un camino en el desierto
y hacer correr ríos de vida en lo que antes era tierra estéril.
Isaías 43,16
El día de hoy, busca las cualidades de Dios, y observa tu corazón, si sientes que se ha endurecido, pide a Dios que nos muestre Su manera de ver las cosas. La paz de Dios, no es la misma que el mundo da.
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