Esta lección te ayudará a tener un poco de paz.
Escuché decir que la flexibilidad es una de las cualidades que más delata a la persona verdaderamente espiritual. La paciencia es la ciencia de la paz. Fluir es lo contrario a sufrir, que es resistirlo todo, fluir es actuar, no por la via difícil, como nos han mostrado, sino por la via de menos resistencia, porque el camino está libre. Lucha y desarmonía muestran que necesitamos observar mejor la situación.
Claro, la resistencia es el nombre que se les da a los que se oponen a injusticias, pero como decía la Madre Teresa de Calcuta, “..no lucho en contra de la guerra, sino que uso mi voz a favor de la paz”. Hay personas que se enferman porque no aceptan, antes de cambiar algo, se necesita aceptarlo.
Resistirlo todo es un mal hábito, nos eleva el cortisol, y somos adictos al cortisol y al estrés.
Les comparto esta lección de mi libro Los ciclos del alma, que es una de las favoritas de mis lectores y es sobre las cosas que no cambian, claro, hay veces que sucede porque no cambiamos ni las acciones, ni los pensamientos, pero otras, es porque toca soltar.
La semilla del bambú japonés está aparentemente inmóvil bajo la tierra los primeros 7 años, sin embargo en su último año, en sólo 6 semanas el bambú tiene un crecimiento súbito de ¡¡30 metros!! En esos años de aparente inercia creaba un complejo sistema de raíces que pudieran soportar y sostener sus futuros 30 metros.
Cuando hay impaciencia, hay apego, y el apego no permite que las cosas fluyan, porque solo conseguimos lo que queremos.
A veces oro y pido, pero de pronto todo (aparentemente) se detiene. Cuando sienta esta calma, recordaré que esto significa, que el trabajo espiritual (mis raíces) están tomando fuerza antes de mostrarse en el exterior. En esos días de pausa, cuando aparentemente nada sucede, recordaré que tú, mi Dios trabajas por mi.
¿Qué es más flexible? ¿Un frágil bambú o un fuerte roble? Cuenta un proverbio chino que el frágil bambú es más resistente a los vientos huracanados (cuanto más vientos, más se dobla), que un gran roble (cuya rigidez acaba con su vida) no por lo fuerte, sino por lo inflexible.
La flexibilidad, es la habilidad de movernos con lo que sucede en el presente, sin estar apegado al pasado o al futuro. Entonces, mientras llegan las nuevas instrucciones de Dios, dedícate a seguir rociando y alimentando Su semilla interior, siempre alerta de tus pensamientos y sin estar impaciente y aferrado a los resultados. Toma este momento de aparente descanso para unirte aún más a Él y dedícate a agradecer, a vivir y atender las simples situaciones del día a día.
Hemos tenido un fuerte invierno, sin embargo la primavera ya asoma, hay tiempo para todo.
Descansa. Dios te está creando raíces para que puedas recibir lo que viene, lo cuál puede llegar súbitamente y por sorpresa, entonces en ese momento alguien puede verse tentado a decirte: “¡Perooo, qué suerte tienes y qué rápido te llegan las cosas!”
Eclesiastés 3-4
Hay un tiempo para nacer,
y un tiempo para morir;
un tiempo para sembrar,
y un tiempo para cosechar;
un tiempo para callar,
y un tiempo para hablar;
un tiempo para amar,
y un tiempo para odiar;
un tiempo para la guerra,
y un tiempo para la paz
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