¿Quieres curarte? Día 26

40 días 2024

No importa cuánto tiempo hayas estado enfermo, Dios siempre puede sanarte. Y aquí no solo hablo de salud física. Todo exceso es una enfermedad. Pensar demasiado, tomar alcohol, drogas, azúcar, juego, amores tóxicos, en fin, todo para escapar del dolor.

La palabra sanar y la palabra salvación vienen de la misma etimología, salve en italiano, significa volver a la integridad. No significa sacarnos del infierno literal, sino de sanar.

Pero curar va más allá de un remedio temporero, es buscar la causa de las cosas.

La pregunta es: “¿Quieres curarte?”

Dice la historia según Juan, que Jesús pasaba por una piscina llamada Bethesda (que significa “casa de misericordia”); se decía que su agua tenía poderes curativos.  Bajo sus arcos se paraban cantidad de enfermos, paralíticos, ciegos y lisiados que esperaban que el agua agitada los sanara. Allí Jesús se encontró con un hombre que estaba enfermo desde hacía más de treinta y ocho años.  Jesús, sabiéndolo todo, conocía el tiempo que llevaba enfermo y le pregunto:

–¿Quieres curarte?.

El enfermo le dijo sus razones:

–Señor, no tengo a nadie que me ayude, y que me sumerja en la piscina; cuando el agua comienza a subir, todos se me adelantan.

Jesús entonces simplemente  le dijo:

–Levántate, toma tu camilla y camina.

Jesús podía ver la forma perfecta de este ser y puede ver la tuya.

El hombre se curó al instante, tomó su camilla y comenzó a caminar. Pero como era Sábado, la multitud comenzó a reclamarle que no podía llevar la camilla. Los fariseos no podían ver el milagro, solo se enfocaban en la ley de guardar los Sábados.

Como hoy, muchos llamados religiosos solo ven las reglas y olvidan la fe y la compasión.

Jesús lo encontró nuevamente en el Templo más tarde y le dijo:

“Has sido curado; no vuelvas a pecar, de lo contrario pueden ocurrirte peores cosas.”

Pecar no es faltar a Dios, Dios es immutable pero nos faltamos a nosotros. Pecar también en griego es Hamartia, que es fallar en el tiro al blanco del deporte de arco y flecha. Es salirnos de centro, nos salimos de centro con los pensamientos, las acciones, y las emociones.

Pienso que somos como ese paralítico, quién sabe por cuantos años tenemos heridas en el alma. A veces no sabemos la razón, pero Jesús todo lo sabe. A menudo nos ocurren cosas en la vida que nos paralizan por décadas, una mala experiencia, un mal amor o una pérdida que puede enfermarnos y alejarnos de Dios, de nuestros sueños o de nosotros mismos por toda una vida. El paralítico se sentía en desventaja, pensaba que necesitaba algo exterior para sanar, culpaba a los demás, ya que no encontraba alguien que lo llevara al agua sanadora, pero para Dios no hay imposibles, él mismo te lleva a su fuente cuando ya ha sido suficiente y estás listo para entregar.

Jesús primero le pregunta: ¿Quieres curarte? Porque siempre es tu elección, solo tú puedes sanarte por medio de esa invitación, y luego de aceptar la ayuda de Jesús. No hablo solo de lo físico, existen realidades y condiciones del cuerpo, pero igual existen personas que a pesar de sus limitaciones físicas, tienen paz. A veces escucho las personas diciendo, Jesús no me ayuda. Igual que el paralítico, decimos todas las razones por las que estamos mal, no tomamos responsabilidad, que no es culpa sino aceptacion.

Se nos olvida dar ese permiso a Dios, hacer esa invitación, dar el primer paso, cambiar el pensamiento y tener fe, atrevernos a tomar nuestras muletas y ser curados.   A veces preferimos caminar con las muletas que atrevernos a dar un salto de fe. Cambiar es de valientes. Jesús, igualmente nos pregunta una y otra vez, quizás no directamente, pero por medio de muchas invitaciones:” ¿Quieres ayuda, quieres curarte?” Él tiene la cura de toda herida. El significado de pecado, es perder el centro y muy bien puede ser por medio de un pensamiento negativo. Siempre podemos ser sanados, pero si regresamos al pensamiento negativo y a la falta de perdón, volveremos a caer, a veces peor que antes.

Otras veces no queremos hacer los cambios necesarios para sanarnos. Cuando he tenido retos de salud, veo que siempre es un aviso a regresar a mi centro. Luego de hacer unos cambios todo mejora. Un día me encontré a alguien con una condición y me dijo ¿Qué hiciste para curarte? Aparte de oración y dirección, dejé algunas cosas, le dije. Por ejemplo, dejé el café. Inmediatamente mi amigo me dijo, “No, lo siento, yo no puedo.”  Igual pasa con el alcohol, o el tabaco, algunas personas no están dispuestas a dejar el hábito, aunque ya sabemos que hacen daño al cerebro, a los pulmones y al hígado. A veces queremos un cambio pero no estamos dispuestos a hacer el sacrificio.

Yo le dije las palabras de Jesús, Pero.. ¿Es que no quieres curarte?

Para sanarnos necesitamos participar, Dios no lo hace solo, de otra manera el mundo estuviera perfecto.

Existen momentos cuando la vida nos ha obligado a estar en una pausa obligatoria, por un reto de salud, son momentos para reflexionar.

Recuerda que como la historia, Jesús lo sabe todo, incluso sabe el tiempo que llevas cargando algún pesar. Hoy Jesús te pregunta tal como al patalītico  por medio de estas letras :  “¿Quieres curarte?”.

Hoy di a Jesús: “Quiero sanarme “, luego cierra los ojos e imagina sus palabras.

Dice Jesús : «Hijo, toma eso que te está paralizando, cree en mi».

Luego de hacer esto sigue las instrucciones de Jesús al paralítico:

Si ya has pedido a Dios y has entregado tu dolor y esa camilla, no vuelvas a pecar (a dudar o a tener miedo, a retomar lo ya entregado, a hacer acciones en contra de tu salud, a tener rencor, a no perdonar, a sentir culpa). Suelta esa muleta que usas para no sanarte, no sea que vuelvas a caer peor que antes, cuando ya él te ha perdonado, te ha sanado (te ha ayudado) y te ha salvado.

No estás tarde, para Dios nunca estás tarde .

Gracias por acompañarme en estos 40 días y por sus comentarios, los leo. Algunas lecciones están en mi libro: Los ciclos del alma. Gracias por compartir estas lecciones en los medios sociales, pueden ayudar a otros a tener un poco de esperanza en este tiempo.

Gracias por seguir la Cuaresma y por compartir, algunas lecciones son de mi libro Los ciclos del almacomparte y sígueme en las redes https://linktr.ee/sharonmkoenig

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  1. Jannette Laureano says:

    Qué belleza!!!🤍

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Fotos MJ Magnum 
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Aunque los mensajes y el libro tienen la capacidad de aliviar el alma, las respuestas de la autora, el libro y su contenido no pueden diagnosticar ni sustituir un tratamiento o el consejo médico o profesional. Antes de comenzar una nueva rutina de ejercicios espirituales o físicos consulte a su médico o terapeuta. Nunca interrumpa medicamentos o tratamientos sin la debida supervisión médica. Por favor, en el caso de una depresión, ya sea suya o de alguien cercano a usted y en especial cuando observe que se tienen pensamientos suicidas o de incapacidad de manejar su vida o sus emociones, acuda inmediatamente a un familiar y busque ayuda profesional, ya que estos comportamientos, reflejan una emergencia y es importante recurrir a ayuda inmediata.

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