Dios, mi refugio. Día 13

40 días 2024

En este mundo pareciera que no existe la paz. Cuando se resuelve un problema aparece otro. Tanta ansiedad con el tema de las guerras y los revuelos, pero las enfermedades y las guerras no suceden por castigo sino por la naturaleza de este mundo. 

¿Es el final de los tiempos? ¿Es castigo de Dios? Ninguna de las anteriores. Hoy leí que el 40% de los adultos en EEUU creen que Dios castiga,  y es que no le conocen. Recuerden las palabras de Jesús en Nazareth: 

«El Espíritu del Señor está sobre mí porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciarles el Evangelio (las buenas noticias ) a los pobres; para anunciar a los cautivos la libertad;  y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor». Lucas 4,14

Las cosas negativas de este mundo son consecuencias, a veces nuestras y otras veces de un mundo impermanente. El cuerpo humano es frágil.

Vivimos en un mundo temporal actuando como si fuera eterno

Sabemos cuándo llegamos pero no sabemos cuándo nos vamos. La partida jamás es avisada. La buena noticia es que todo pasa. Gracias a Dios también pasan las tristezas, las epidemias, las guerras y los tiempos de oscuridad, para dar paso a algo nuevo. Para los pesimistas, hubo años peores, recuerda las guerras mundiales.

Con Dios venceremos cada reto mundial o personal tal como hemos vencido los anteriores. Dios es nuestro refugio. El “entretanto”, es el tiempo más difícil porque no sabemos cuando llegará lo que esperamos, pero necesitamos aprender a confiar y perder la costumbre de vivir “cuando sean mejores tiempos”, o “..de los buenos tiempos del pasado”. El mejor tiempo es el presente porque es el único que tenemos realmente. Sobreviviremos porque nos uniremos, pasaremos más tiempo sin afanarnos y buscaremos cómo simplificarnos. Oraremos más. Agradeceremos más. Todos estaremos más alerta gracias a los retos, es mejor estar despierto en un reto, que dormido en los buenos tiempos. Luego de la guerra y luego de la pandemia del 1918 llegó un década de abundancia, y luego llegó otra de retos económicos, en fin que la vida se mueve en ciclos y necesitamos estar preparados, pero no dejar de vivir en el entretanto, y ser agradeciendo y amando. 

Una larga vida tiene una ventaja, pero igual la peculiaridad de que inevitablemente seremos testigos de los muchos “subes y bajas”  de la vida. Sino, preguntemos a cualquier centenario que nos cuente todas las situaciones que presenció. La vida es un compendio de experiencias que la hacen rica. Eso es vivir con resilencia.

Hoy podemos preguntar: ¿Qué dejamos de hacer hoy?  ¿Perdonamos, amamos, agradecimos, servimos? ¿Tenemos a Dios en nuestro corazón?  Sólo podemos encomendarnos a Dios cada día, elegir no sucumbir a la negatividad y el miedo: mirar al cielo al levantarnos y decir “gracias”, estar preparados para los finales, pero agradecer los comienzos, y no perder el momento. Preguntar a Dios cómo servirle en este mundo imperfecto desde nuestra realidad y en este corto tiempo, y perder el miedo a vivir cuando nos encomendarnos en sus brazos al repetir las palabras de la oración del Padre Nuestro: Padre: «Líbrame de todo mal» y borrar la ansiedad del pan de mañana, al repetir «Danos hoy tu pan de cada día».

Les comparto ese Salmo, leerlo y encomendarnos a Dios es lo mejor que podemos hacer tal como cantó David hace 5 mil años, orando a Dios y recibiendo consuelo. No te resignes, pero tampoco resistas.  Acepta el presente, pero jamás te des por vencido. En todo tiempo pide y agradece a Dios.

SALMO 23

Salmo de David.

El Señor es mi pastor, nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
junto a aguas de reposo me pastoreará.

Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia, por el amor de su nombre.

Aunque ande en valles de sombra y de muerte,
no temeré a mal alguno, porque tú estarás conmigo;
tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Preparas la mesa delante de mí en presencia de mis calumniadores;
unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.

Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
y en la casa del Señor moraré por la eternidad.

Gracias por acompañarme en estos 40 días y por sus comentarios. Algunas lecciones están en mi libro: Los ciclos del alma Gracias por compartir estas lecciones en los medios sociales, pueden ayudar a otros a tener un poco de esperanza en este tiempo.

Y escucha otro Salmo favorito – Dios es mi refugio, hermoso

Gracias por seguir la Cuaresma y por compartir, algunas lecciones son de mi libro Los ciclos del alma, comparte y sígueme en las redes https://linktr.ee/sharonmkoenig

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  1. Antonia says:

    Cada día es una lección de vida. Abundancia. Hizo. Plenitud. Amor confianza y conocimiento. Pero mejor aún concerl del Padre que es todo amor eterno. Gracias.

Sharon M Koenig /heaven on
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Fotos MJ Magnum 
Canva 

Aunque los mensajes y el libro tienen la capacidad de aliviar el alma, las respuestas de la autora, el libro y su contenido no pueden diagnosticar ni sustituir un tratamiento o el consejo médico o profesional. Antes de comenzar una nueva rutina de ejercicios espirituales o físicos consulte a su médico o terapeuta. Nunca interrumpa medicamentos o tratamientos sin la debida supervisión médica. Por favor, en el caso de una depresión, ya sea suya o de alguien cercano a usted y en especial cuando observe que se tienen pensamientos suicidas o de incapacidad de manejar su vida o sus emociones, acuda inmediatamente a un familiar y busque ayuda profesional, ya que estos comportamientos, reflejan una emergencia y es importante recurrir a ayuda inmediata.

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