Cuando hay tormentas

Espiritualidad

¿Por qué suceden las tormentas? Es como decir por qué llueve, o por qué cae nieve.

Es la naturaleza del mundo que nos tocó vivir. 

Cuando hablo de tormentas no sólo me refiero a los huracanes, sino a todo lo imprevisto que nos puede suceder en la vida. Sin duda podemos crecer y aprender de las lecciones de la vida. Existen retos que pueden acercarnos más a Dios, pero también que pueden alejarnos de Dios y de los demás si no tenemos la perspectiva correcta. Todo depende de nuestras conclusiones. Por ejemplo, ni los huracanes ni las pandemias están hechos por la ira de Dios para castigar y destruir a los humanos pecadores, una interpretación textual triste que ha mantenido a muchas personas viviendo con miedo y alejados de Dios y también de los demás, ya que el miedo es lo opuesto al amor y Dios es vida, amor y Espíritu puro, leer Juan 1 4,18-19, una de mis lecturas favoritas en este tiempo y siempre:

En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. 

No todo se puede evitar, pero de todo podemos aprender y crecer, y convertirnos en seres más fuertes al sobrepasar retos. La fuerza está en la cooperación y en la interconexión. Nuestros abuelos llenos de conocimiento tienen la evidencia de las historias que ya no queremos escuchar, sin embargo, ellos tienen el secreto del futuro y del tiempo, porque todo es cíclico en la naturaleza, y tarde o temprano todo se repite, incluyendo esos eventos que pasaron antaño, sean financieros, cambios de poder, cambios climatológicos. Por supuesto, los humanos somos el único animal que tiene la capacidad de empeorarlo todo. La insolencia a veces se paga con la vida, porque necesitamos respetar la naturaleza.

Los niños aprenderán a reaccionar tal como lo hacemos nosotros los adultos. Ellos aprenden a tener miedo o a tener calma, a actuar responsablemente o a culpar a Dios, o a culpar a otros. Aprenden a maldecir, o bien aprenden a bendecir, a estar tranquilos y confiados en Dios, pero sin olvidarse de prevenir. Sucede sutilmente: cuando acontece un reto que los niños no comprenden, lo primero que hacen es que miran tu rostro y de acuerdo a tus reacciones ellos reaccionarán igual, con miedo, culpa o valentía.

Esto pasará, y seremos mejores personas.

Salmo 46 – Dios es nuestro refugio, nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sufra cambios, y aunque los montes se deslicen al fondo de los mares; aunque se agiten sus aguas, aunque tiemblen los montes con creciente enojo. Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios, las moradas santas del Altísimo. Dios está en medio de ella, no será sacudida; Dios la ayudará al romper el alba.

Necesitamos hacer nuestra parte, prevenir, respetar la naturaleza y conocer nuestro hábitat de memoria con la certeza de que la fuerza de Dios dará vida y renovará lo peor de la destrucción, pero necesitamos unirnos a Él en total concesión y cooperación, en fin, debemos ser parte de la renovación, cediendo a su amor.

Dios no se sienta en su trono para golpearnos con lecciones difíciles, pero nuestro hábitat es desafiante, y por razones desconocidas, este es el hábitat que nos tocó, y seamos oruga en crecimiento para convertirse en mariposa, o dioses caídos por desobediencia o curiosidad, quién sabe.  En medio de la incertidumbre siempre podemos elegir ser más fuertes al superar desafíos, los cuales son impersonales, porque pensar que los huracanes son el resultado de un Dios enojado y castigador, es la peor conclusión que los creyentes pueden hacer. Es necesario comprender la diferencia entre un mundo de naturaleza impermanente y un castigo de Dios. Dios es amor.

La naturaleza tiene ciclos de nacimiento, crecimiento, destrucción y reconstrucción. Aceptemos que no importa dónde nos encontremos, las cosas pueden cambiar. Seamos parte de la reconstrucción, con amor y agradecimiento. No es personal.

Lecciones del libro Los ciclos del alma

  1. Patricia says:

    SharonmKoeni Gracias infinitas por cada escrito , me da paz y esperanza y confirmó mi fe , yo aprecio en verdad , Luz y bendiciones en ti camino y toda la sabiduría

Sharon M Koenig /heaven on
earth publishing      
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Fotos MJ Magnum 
Canva 

Aunque los mensajes y el libro tienen la capacidad de aliviar el alma, las respuestas de la autora, el libro y su contenido no pueden diagnosticar ni sustituir un tratamiento o el consejo médico o profesional. Antes de comenzar una nueva rutina de ejercicios espirituales o físicos consulte a su médico o terapeuta. Nunca interrumpa medicamentos o tratamientos sin la debida supervisión médica. Por favor, en el caso de una depresión, ya sea suya o de alguien cercano a usted y en especial cuando observe que se tienen pensamientos suicidas o de incapacidad de manejar su vida o sus emociones, acuda inmediatamente a un familiar y busque ayuda profesional, ya que estos comportamientos, reflejan una emergencia y es importante recurrir a ayuda inmediata.

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