40 Días para sanar el alma 2025

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Día 13, Dios, eres mi refugio

En este mundo pareciera que no existe la paz. Cuando se resuelve un problema aparece otro. Tenemos miedo a una nueva pandemia, guerra o caída económica. Tememos al “fin de los tiempos”. Desde que recuerdo el mundo se ha acabado mil veces, junto a cientos de profecías fatídicas ¿Es el final de los tiempos? ¿Es castigo de Dios? Ninguna de las anteriores. Hoy leí que el 40% de los adultos en EE. UU. creen que Dios castiga, y es que no le conocen. Recuerden las palabras de Jesús en Nazareth: 

«El Espíritu del Señor está sobre mí porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciarles el Evangelio (la palabra evangelio significa “las buenas noticias”) a los pobres; para anunciar a los cautivos la libertad; y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor». Lucas 4,14

La realidad es que sabemos cuándo llegamos, pero no sabemos cuándo nos vamos. La partida jamás es avisada. La buena noticia es que todo pasa. Gracias a Dios también pasan las tristezas, las epidemias, las guerras y los tiempos de oscuridad, para dar paso a algo nuevo. Para los pesimistas, hubo años mejores, pero recuerda, al menos ya no echamos personas a los leones.

Con Dios venceremos cada reto mundial o personal, como hemos vencido los anteriores. Dios es nuestro refugio. Pasaran cosas, es un mundo cambiante, la naturaleza se mueve.

Confiar en Dios. El “entretanto”, es el tiempo más difícil porque no sabemos cuándo llegará lo que esperamos, pero necesitamos aprender a confiar y perder la costumbre de vivir “cuando sean mejores tiempos”, o “de los buenos tiempos del pasado”. El mejor tiempo es el presente porque es el único que tenemos realmente. 

Una larga vida tiene una ventaja, pero igual la peculiaridad de que inevitablemente seremos testigos de los muchos “subes y bajas” de la vida. Si no, preguntemos a cualquier centenario que nos cuente todas las situaciones que presenció. La vida es un compendio de experiencias. Eso es vivir con resiliencia, que es la habilidad de levantarnos de nuevo.

Hoy podemos preguntar: ¿Qué dejamos de hacer hoy?  ¿Perdonamos, amamos, agradecimos, servimos? ¿Tenemos a Dios en nuestro corazón?  Sólo podemos encomendarnos a Dios cada día, elegir no sucumbir a la negatividad y el miedo: mirar al cielo al levantarnos y decir “gracias”, estar preparados para los finales, pero agradecer los comienzos, y no perder el momento. Preguntar a Dios cómo servirle en este mundo imperfecto desde nuestra realidad y en este corto tiempo, y perder el miedo a vivir en paz, al encomendarnos en sus brazos al repetir las palabras de la oración del Padre Nuestro: Padre: «Líbrame de todo mal» y borrar la ansiedad del pan de mañana, al repetir «Danos hoy tu pan de cada día».

Les comparto ese Salmo, leerlo y encomendarnos a Dios es lo mejor que podemos hacer tal como cantó David hace 5 mil años, orando a Dios y recibiendo consuelo. No te resignes, pero tampoco resistas.  Acepta el presente, pero jamás te des por vencido. En todo tiempo pide y agradece a Dios.

SALMO 23

Salmo de David.

El Señor es mi pastor, nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
junto a aguas de reposo me pastoreará.

Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia, por el amor de su nombre.

Aunque ande en valles de sombra y de muerte,
no temeré a mal alguno, porque tú estarás conmigo;
tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Preparas la mesa delante de mí en presencia de mis calumniadores;
unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.

Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
y en la casa del Señor moraré por la eternidad.

Gracias por acompañarme en estos 40 días y por sus comentarios. Algunas lecciones están en mi Libro Los ciclos del alma Gracias por compartir estas lecciones en los medios sociales, pueden ayudar a otros a tener un poco de esperanza en este tiempo.

Y escucha otro Salmo favorito – Dios es mi refugio, hermoso 

Gracias por acompañarme en estos 40 días y por sus comentarios. Algunas lecciones están en mi libro: Los ciclos del alma Gracias por compartir estas lecciones en los medios sociales, pueden ayudar a otros a tener un poco de esperanza en este tiempo. Mañana tendremos otra lección, todas van logrando quitar poco a poco las malas hierbas que cubren la luz. Porque nadie puede cambiar lo que no puede ver, pero al principio de la oscuridad, un rayo de luz puede arder un poco los ojos, dar gracias por lo que vemos, perdonemos, y sigamos con amor. 

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