Sobre la envidia, Día 11

40 días 2024

La envidia es un sentimiento destructivo que no permite el crecimiento espiritual. A veces la envidia mezclada con una admiración desmedida lleva a la codicia de querer obtener el lugar del otro. La envidia y la admiración se parecen. Existen personas que al no tener luz propia viven por medio del esplendor de los demás, por celebridades o personas con éxito, no son amistades verdaderas, y nunca funcionan, porque la luz verdadera viene de Dios, nosotros solo la reflejamos.

Otros viven buscando la envidia de los demás ostentando lo que a veces no tienen. Cuando tienen éxito lo hacen con arrogancia. Hay que saber ganar y hay que saber perder.

Si eres el que siente envidia, en lo positivo, nos muestra un área que quisiéramos desarrollar y que pensamos que no hemos logrado. A veces, no es envidia lo que sentimos sino un sentimiento falso de fracaso por estar expuestos a las fotos de supuestos éxitos de los demás en los medios sociales. Los filtros y las cirugías, no ayudan pues muestran una falsa realidad, y un falso ideal. Todos parecen más felices que nosotros, pero la realidad a menudo es otra. 

El problema es enfocarnos afuera en vez de mirar hacia adentro. Reconocer nuestros propios regalos, y darnos cuenta de que nadie puede ser duplicado. Cada persona es única. Hacer una lista de todo lo bueno que tienes y eres, luego agradece cada cualidad y regalo.  Y escribe unas metas para desarrollar aquellos talentos, sobre lo que quieres lograr, hazlo con la intención de servir no para impresionar, lo que nunca satisface.

La envidia puede ser pequeña y corroer, pero también puede llegar a ser grande y ser grave. Existen algunos que se acercan a personas exitosas o celebridades como una manera de obtener valor por medio de ellas, y despertar la envidia en otros.

Si nuestra carrera no es pública, es mejor mantener nuestros éxitos personales en silencio, en lo posible.

Se ataca primero con la vista, con el conocido mal de ojo, luego con los malos pensamientos que son acompañados de palabras de sarcasmo, que son ira cubierta de negro humor, usadas con el fin de tratar de destruir el brillo (la túnica de colores) del otro. Un amigo les llamaba los mata sueños. El extremo es atacar por difamación, revelar secretos, tomarse el crédito por el éxito del otro o por el ataque físico. El sarcasmo es también una gran tristeza mezclada con ira. 

Lamentablemente la admiración puede convertirse en envidia, pero también podemos cambiar la envidia por admiración y buenos deseos.

Las personas ocupadas en su propia luz no necesitan ostentar.

Necesitamos desarrollar relaciones auténticas, y alejarnos de las personas con envidia, que son las que preguntan y se quedan en silencio esperando hacer su día con tus malas noticias. No les des el gusto, son los antihéroes que eternamente parecen ayudar pero sólo compiten. 

Hay personas que vienen a darte buenas noticias, pero hay otras que vienen a escuchar tus malas noticias.

La túnica de colores

Esta historia tiene tantas lecciones. José era el preferido de su padre, porque le había nacido en la vejez. Un día su papá le hizo una túnica de colores. José también tenía el don de los sueños y los hermanos comenzaron a odiarlo al ver sus ventajas, y hasta le negaban el saludo. Su odio creció hasta el punto de que querían tramar su muerte.

Se decían unos a otros: «Ahí viene el de los sueños. Vamos a matarlo y a echarlo en un hueco y luego diremos que una fiera lo ha devorado; veremos en que paran sus sueños.» Rubén, intentando salvarlo de las manos de sus otros hermanos con envidia, sugirió venderlo como esclavo. Los hermanos aceptaron. Al pasar unos comerciantes se lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas. Estos se llevaron a José a Egipto. José en una vuelta del destino terminó convirtiendose en el Rey de Egipto. Génesis 37

Cómo lo logro: 

José a pesar de toda su aparente mala suerte, tenía a Dios consigo, porque a pesar de todo tenía buena actitud y utilizaba sus dones para ayudar a otros a prosperar. Cuando le tocó ser esclavo, fue el mejor esclavo, y cuando fue encarcelado fue el mejor preso y eventualmente su agradecimiento lo llevó a convertirse en Rey. 

Todos, en un mayor o menor grado hemos tenido esos sentimientos de envidia, quizás por alguien que sea mejor vendedor, una persona con más dinero, un mejor auto, más seguidores, alguien con mejor físico, con amor o supuesta suerte. Esto apunta a una falta interior, a un vacío. Este sentimiento no se quita al obtener lo que codiciamos, sólo se elimina con la oración, para colocar el amor de Dios en nuestro corazón. 

Busquemos qué envidiamos y esto apuntará hacia lo que pensamos que nos falta. 

¿Cuántas veces solo queremos algo por ser admirados ante nuestro grupo y no porque realmente es nuestro camino? Si no lo tenemos, abrá envidia. 

Necesitamos alejarnos de las personas con envidia, son las que preguntan y se quedan en silencio esperando hacer su día con tus malas noticias. No les des el gusto, son los antihéroes que eternamente parecen ayudar pero sólo compiten.

Hay personas que vienen a darte buenas noticias, pero hay otras que vienen a escuchar tus malas noticias.

La túnica de colores

Esta historia tiene tantas lecciones. José era el preferido de su padre, porque le había nacido en la vejez. Un día su papá le hizo una túnica de colores. José también tenía el don de los sueños y los hermanos comenzaron a odiarlo al ver sus ventajas, y hasta le negaban el saludo. Su odio creció hasta el punto de que querían tramar su muerte.

Se decían unos a otros: «Ahí viene el de los sueños. Vamos a matarlo y a echarlo en un hueco y luego diremos que una fiera lo ha devorado; veremos en que paran sus sueños.» Rubén, intentando salvarlo de las manos de sus otros hermanos con envidia, sugirió venderlo como esclavo. Los hermanos aceptaron. Al pasar unos comerciantes se lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas. Estos se llevaron a José a Egipto. José en una vuelta del destino terminó convirtiendose en el Rey de Egipto. Génesis 37

Cómo lo logro:

José a pesar de toda su aparente mala suerte, tenía a Dios consigo, porque a pesar de todo tenía buena actitud y utilizaba sus dones para ayudar a otros a prosperar. Cuando le tocó ser esclavo, fue el mejor esclavo, y cuando fue encarcelado fue el mejor preso y eventualmente su agradecimiento lo llevó a convertirse en Rey.

Todos, en un mayor o menor grado hemos tenido esos sentimientos de envidia, quizás por alguien que sea mejor vendedor, una persona con más dinero, un mejor auto, más seguidores, con mejor físico, con amor o supuesta suerte. Esto apunta a una falta interior, a un vacío. Este sentimiento no se quita al obtener lo que codiciamos, sólo se elimina con la oración, para colocar el amor de Dios en nuestro corazón.

Busquemos qué envidiamos y esto apuntará hacia lo que pensamos que nos falta.

¿Cuántas veces solo queremos algo por ser admirados ante nuestro grupo y no porque realmente es nuestro camino? Si no lo tenemos, abrá envidia.

Tomemos la envidia y volquémosla hacia la inspiración y la admiración. En mi escritura, me he inspirado por el trabajo de otros escritores, muchos años serví y promoví a algunos, no me tomé el crédito porque siempre puedes aprender de alguien, a veces les he pedido consejo a aquellos que admiro para mejorar, a veces soy yo la que aconseja.

Cuando hay fanatismo, los seguidores envidian y se pelean por la presencia del líder.

Otras veces se envidia porque se piensa que la vida se le ha hecho más fácil al otro. Cuando vemos detenidamente al otro, caemos en la cuenta de que las cosas no ocurren por casualidad, ni el éxito es repentino, todo toma tiempo y esfuerzo. No les niego que algunos nacen con ventajas, mientras que otros nacen con obstáculos, pero al que le dan obstáculos le dan alma de héroe, por otro lado a veces las ventajas mal administradas, son desventajas.

Existen otras personas que piensan que son envidiadas cuando no es cierto, esto más bien viene de la arrogancia y el ego, los narcisistas pueden pensar que son superiores y tener un sentido enfermizo de persecución.

Esta historia de José también habla de la injusticia y de cómo Dios no nos abandona, a veces no vemos la salida, podemos caer en un hueco y la vida nos puede maltratar, pero nunca debemos olvidar que nuestro brillo interior, cuando caminamos con Dios (la túnica de colores) jamás podrá ser arrebatado por el mal de ojo ajeno. Pregunta hoy sobre estos sentimientos internos, y si hay envidia, mira bien que no sea un sueño propio sin lograr y que te molesta ver en el espejo del exitoso.

Cuando sientas la envidia, ora y bendice el bien del otro, no tiene que ser en persona, hazlo silenciosamente y al hacerlo te verás tocado por esa misma bendición.

Paz, protección y bendiciones.

Gracias por acompañarme en estos 40 días y por sus comentarios. Algunas lecciones están en mi libro: Los ciclos del alma Gracias por compartir estas lecciones en los medios sociales, pueden ayudar a otros a tener un poco de esperanza en este tiempo.

Gracias por seguir la Cuaresma y por compartir, algunas lecciones son de mi libro Los ciclos del alma, comparte y sígueme en las redes https://linktr.ee/sharonmkoenig

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Fotos MJ Magnum 
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Aunque los mensajes y el libro tienen la capacidad de aliviar el alma, las respuestas de la autora, el libro y su contenido no pueden diagnosticar ni sustituir un tratamiento o el consejo médico o profesional. Antes de comenzar una nueva rutina de ejercicios espirituales o físicos consulte a su médico o terapeuta. Nunca interrumpa medicamentos o tratamientos sin la debida supervisión médica. Por favor, en el caso de una depresión, ya sea suya o de alguien cercano a usted y en especial cuando observe que se tienen pensamientos suicidas o de incapacidad de manejar su vida o sus emociones, acuda inmediatamente a un familiar y busque ayuda profesional, ya que estos comportamientos, reflejan una emergencia y es importante recurrir a ayuda inmediata.

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