Día 17

La envidia es un sentimiento destructivo que mezclado con una admiración desmedida lleva a la codicia de querer obtener el lugar del otro. La envidia y la admiración se parecen. 

Si eres el que siente envidia, en lo positivo, nos muestra un área que quisiéramos desarrollar y que pensamos que no hemos logrado. A veces, no es envidia lo que sentimos sino un sentimiento falso de fracaso por estar expuestos a las fotos de supuestos éxitos en los medios sociales. Los filtros y las cirugías, no ayudan pues muestran una falsa realidad, y un falso ideal. Todos parecen más felices que nosotros, pero la realidad a menudo es otra. 

El problema es enfocarnos afuera en vez de mirar hacia adentro. Reconocer nuestros propios regalos, y darnos cuenta de que nadie puede ser duplicado. Cada persona es única. Hacer una lista de todo lo bueno que tienes y eres, luego agradece cada cualidad y regalo. 

La envidia puede ser pequeña y corroer, pero también puede llegar a ser grande y ser grave. Existen algunos que se acercan a personas exitosas o celebridades como una manera de obtener valor por medio de ellas, y despertar la envidia en otros.

Se ataca primero con la vista, con el conocido mal de ojo, luego con los malos pensamientos que son acompañados de palabras de sarcasmo, que son ira cubierta de negro humor, usadas con el fin de tratar de destruir el brillo (la túnica de colores) del otro. Un amigo les llamaba los mata sueños. El extremo es atacar por difamación, revelar secretos, tomarse el crédito por el éxito del otro o por el ataque físico. El sarcasmo es también una gran tristeza mezclada con ira. 

Lamentablemente la admiración puede convertirse en envidia, pero también podemos cambiar la envidia por admiración y buenos deseos.

¿Sientes que alguien te “echa en cara”, o te hace sentir culpable por tu “buena suerte”, o peor, que se da crédito por tu éxito? ¿Sientes que un amigo, no comparte sino que compite? ¿Sientes que no estás lo suficientemente delgado, joven o perfecto para esta persona? ¿Trata de robar tus ideas?

Necesitamos alejarnos de las personas con envidia, son las que preguntan y se quedan en silencio esperando hacer su día con tus malas noticias. No les des el gusto, son los antihéroes que eternamente parecen ayudar pero sólo compiten. 

Hay personas que vienen a darte buenas noticias, pero hay otras que vienen a escuchar tus malas noticias; que están a tu lado cuando no estás en tu mejor momento, pero que ya no pueden estar cuando estás empoderado.

Todos, en un mayor o menor grado hemos tenido esos sentimientos de envidia, quizás por alguien que sea mejor vendedor, una persona con más dinero, un mejor auto, más seguidores, con mejor físico, con amor o supuesta suerte. Esto apunta a una falta interior, a un vacío. Este sentimiento no se quita al obtener lo que codiciamos, sólo se elimina con la oración, para colocar el amor de Dios en nuestro corazón. 

Busquemos qué envidiamos y esto apuntará hacia lo que pensamos que nos falta. 

¿Cuántas veces solo queremos algo por ser admirados ante nuestro grupo y no porque realmente es nuestro camino? Si no lo tenemos, habrá envidia. 

La túnica de colores

Esta historia tiene tantas lecciones. José era el preferido de su padre, porque le había nacido en la vejez. Un día su papá le hizo una túnica de colores. José también tenía el don de los sueños y los hermanos comenzaron a odiarlo al ver sus ventajas, y hasta le negaban el saludo. Su odio creció hasta el punto de que querían tramar su muerte.

Se decían unos a otros: «Ahí viene el de los sueños. Vamos a matarlo y a echarlo en un hueco y luego diremos que una fiera lo ha devorado; veremos en que paran sus sueños.» Rubén, intentando salvarlo de las manos de sus otros hermanos con envidia, sugirió venderlo como esclavo. Los hermanos aceptaron. Al pasar unos comerciantes se lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas. Estos se llevaron a José a Egipto. José en una vuelta del destino terminó convirtiendose en el Rey de Egipto. Génesis 37

Cómo lo logró:

José a pesar de toda su aparente mala suerte, tenía a Dios consigo, porque a pesar de todo tenía buena actitud y utilizaba sus dones para ayudar a otros a prosperar. Hacía lo mejor que podía con lo que la vida le daba. Cuando le tocó ser esclavo, fue el mejor esclavo, y cuando fue encarcelado fue el mejor preso y eventualmente su agradecimiento lo llevó a convertirse en Rey.

¿Cuántas veces solo queremos algo por ser admirados ante nuestro grupo y no porque realmente es nuestro camino? Si no lo tenemos, abrá envidia.

Tomemos la envidia y volquémosla hacia la inspiración y la admiración. En mi escritura, me he inspirado por el trabajo de otros escritores, siempre puedes aprender de alguien, a veces les he pedido consejo a aquellos que admiro para mejorar, a veces soy yo la que aconseja. Otras veces se envidia porque se piensa que la vida se le ha hecho más fácil al otro. Cuando vemos detenidamente al otro, caemos en la cuenta de que las cosas no ocurren de casualidad ni el éxito es repentino, todo toma tiempo y esfuerzo. No les niego que algunos nacen con ventajas, mientras que otros nacen con obstáculos, pero al que le dan obstáculos le dan alma de héroe, por otro lado a veces las ventajas mal administradas, son desventajas.

Existen otras personas que piensan que son envidiadas cuando no es cierto, esto más bien viene de la arrogancia, al pensar que somos superiores o un sentido enfermizo de persecución.

Esta historia de José también habla de la injusticia y de cómo Dios no nos abandona, a veces no vemos la salida, podemos caer en un hueco y la vida nos puede maltratar, pero nunca debemos olvidar que nuestro brillo interior, cuando caminamos con Dios (la tùnica de colores) jamás podrá ser arrebatado por el mal de ojo ajeno. Pregunta hoy sobre estos sentimientos internos, y si hay envidia, mira bien que no sea un sueño propio sin lograr y que te molesta ver en el espejo del exitoso.

Cuando sientas la envidia, ora y bendice el bien del otro, no tiene que ser en persona, hazlo silenciosamente y al hacerlo te verás tocado por esa misma bendición.

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Paz, protección y bendiciones. Gracias por compartir por medio de los enlaces.

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