Algunos dicen: Si das dinero a un mendigo, lo va a utilizar en alcohol. Lo más importante no es el dinero, sino el mensaje: “me importas”. Mostrar a alguien que es valioso es la mejor prueba del amor de Dios, y el amor convierte la indiferencia en amor, especialmente cuando es dirigido a alguien que no tiene el medio de devolverte el favor, o el agradecimiento. La atención es el mejor regalo que podemos dar a otro, dice “me importas”.
“Ser Su instrumento en cada lugar y en cada momento”. No se trata de hacer grandes cosas; pequeñas con amor, bastan. Puede salvar una vida.
La Navidad no es un momento perfecto para mucha gente, especialmente cuando estamos bombardeados por fotos perfectas de felicidad. La Navidad tampoco es una competencia de la mejor fiesta, el mejor traje, o la mejor familia, es un momento de reflexión e imitación por medio del ejemplo que nos dejó Jesús. Hacer felices a otros, nos hará felices a nosotros.
Sobre Jesús:
Él librara al pobre que clama, al afligido que no tiene protector; el se apiadará del pobre y del indigente.
Salmo 71
La pobreza no es sólo material, decía Madre Teresa de Calcutta.
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